«Yo jugué con Claudio Bravo». Así se llama el artículo que le dedicaron en España al retirado portero chileno.
El medio hispano, Revelo, recopiló distintos relatos de ex compañeros del bicampeón de América, que «recuerdan con cariño a la leyenda sudamericana». «No olvidan su gol de falta, su respeto y que era un adelantado a su época», destacó la nota.
«Claudio Bravo marcó una época y dejó una huella imborrable», resaltó el mencionado artículo.
Su gol de tiro libre en la Real Sociedad
Es una imagen emblemática del ex meta en San Sebastián. ¿Cómo se gestó?
«Era una cosa de la que siempre habíamos hablado. Un día, en un entrenamiento, le pregunté: ¿’Chile’ (apodo a Bravo), no te atreverías? y él me respondió: ‘Joder, pero tenemos que medir bien los tiempos, que sea al final del partido, una última jugada y que no nos pillen a la contra’. Y quedamos en que un día lo íbamos a hacer«, rememoró el ex volante Diego Rivas, que llegó a la Real al mismo tiempo que el chileno.
«Íbamos 0-0 contra el Nástic. Era un domingo por la mañana. Vi la falta y le dije que se animara. Él, al principio, no quería. Lo único que le dije fue: ‘Chile, por favor, que coja portería'», relató.
De Bravo tiene los mejores recuerdos. «Como guardameta, no lo voy a descubrir. Todo el mundo sabe. Fue de los primeros porteros que jugaba muy bien con los pies. Era un adelantado a su época. Como persona, un fenómeno, un amigo de sus amigos. Es una persona entrañable, muy familiar. Lo que necesites y que esté en su mano, te lo va a dar. Es como se le ve jugando, muy comprometido y muy amigo de sus amigos«.
Martín Lasarte, DT de la Real por ese entonces, también habló del gol de tiro libre.
«Estábamos todas las semanas con eso de que no metíamos goles de falta. Hubo muchas charlas al respecto porque probaba uno y nada, probaba otro y más de lo mismo. Y llegó el partido frente al Nástic. Faltaba nada para terminar el primer tiempo. Le hicieron una falta a Antoine en el borde del área. Alguien gritó que se acercara Claudio, porque él entrenaba faltas durante la semana. Cada vez que le pegaba era un cañón. No sé si el que gritó lo hizo medio en serio medio en broma, pero me miró y le dije que fuera y, por suerte, terminó en gol», indicó.
Un especial regalo en el Betis
Fue su último club. Allí, bajo el mando de Manuel Pellegrini, compartió con Alejandro Daza, canterano del elenco español y que hou juega en el Logroñés.
«Estuve poco con él, pero era muy buena gente. Todo el rato me daba consejos y me ayudaba. Cuando lo vi por primera vez me preguntó si tenía guantes y botas, y me regaló dos pares de cada. A mí me trató muy bien«, confesó sobre la desconocida historia.
Edgar también fue compañero de Bravo en el Betis y aporta otra historia más.
«Cuando yo volví de la cesión de Oviedo, yo era más tímido. Uno de los primeros días me cogió en el gimnasio de broma, pero muy serio, y me dijo ‘¿Tú me has dado la mano y deseado los buenos días? Pues eso se tiene que hacer siempre’. Desde ese día lo hice siempre porque se hacía respetar mucho. Es una persona que transmite mucho. Todos los consejos que me dio favorecieron la comunicación conmigo. Me ayudó mucho como jugador«, recordó.
Hoy Bravo ya colgó los guantes. Define sus siguientes pasos y no hay dudas de que su carrera dejó huella en Chile y en el resto del mundo.
Fuente: Emol
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