El sexo es, sin lugar a dudas, una de las experiencias más placenteras y valoradas por los seres humanos. Ya sea en el contexto de una relación de pareja estable o en encuentros ocasionales, la actividad sexual juega un papel fundamental en la salud física, emocional y afectiva. Sin embargo, lo que muchos pasan por alto es que el sexo también puede implicar ciertos riesgos físicos, en especial cuando la pasión se desborda o se descuida la seguridad.
Expertos en sexología y urología han advertido sobre las lesiones que pueden ocurrir durante el acto sexual, desde golpes y raspones leves hasta cuadros clínicos más serios, como la temida fractura de pene. Aunque el pene no contiene huesos y técnicamente no puede “romperse”, la fractura hace referencia a una lesión en los cuerpos cavernosos, estructuras que se llenan de sangre durante la erección. Esta lesión es extremadamente dolorosa y requiere atención médica inmediata.
En los últimos años, diversos estudios han intentado identificar las posturas sexuales que presentan un mayor riesgo de provocar este tipo de lesiones. Los hallazgos señalan que algunas de las posiciones más populares también pueden ser las más peligrosas si no se practican con precaución.
La postura de la vaquera
Una de las posturas sexuales más riesgosas es la conocida como “la vaquera”, en la que la mujer se posiciona sobre el hombre y controla el ritmo del movimiento. Según un estudio publicado en la revista Advances in Urology, esta posición puede causar fractura de pene cuando el peso del cuerpo de la mujer recae directamente sobre el miembro masculino, especialmente si hay una penetración mal alineada o movimientos bruscos.
Además, la falta de lubricación o una anatomía incompatible puede aumentar el riesgo de que el pene se doble o quede atrapado contra el hueso púbico. La doctora Kat Van Kirk, especialista en sexología, advierte que las diferencias en la estructura ósea del pubis entre personas pueden contribuir a que esta postura derive en una lesión.
Un estudio realizado por la Escuela Médica de la Universidad de Campinas, en Brasil, concluyó que casi el 50% de los pacientes tratados por fractura de pene se habían lesionado durante esta posición. Muchos de ellos reconocieron haber escuchado un chasquido al momento del accidente, aunque demoraron en consultar al médico por vergüenza o desconocimiento.
La postura de la vaquera invertida
Aún más peligrosa resulta la variante invertida de la vaquera, donde la mujer se sienta sobre el hombre de espaldas a él. En este caso, el ángulo de penetración cambia de manera considerable y puede provocar que el pene se deslice, se doble y sufra una lesión al reanudar la penetración con fuerza o sin control.
El doctor británico Karan Raj, conocido por divulgar contenido médico en redes sociales como TikTok, generó gran repercusión al confirmar que esta postura está relacionada con un alto porcentaje de casos de fractura de pene. Según su análisis, la vaquera invertida es responsable de alrededor del 50% de las lesiones que requieren atención hospitalaria.
La postura del perrito
Otra posición que, pese a su popularidad, también conlleva riesgos, es la llamada “posición del perrito” o doggy style. En este caso, la penetración se realiza desde atrás, con la mujer en posición de cuadrupedia y el hombre arrodillado o de pie detrás de ella.
De acuerdo con un estudio citado por The New York Post, esta postura provoca entre el 30% y el 40% de los casos de fractura de pene. La profundidad de la penetración y el ángulo involucrado pueden contribuir a un mayor riesgo, especialmente si no hay coordinación entre los movimientos de ambas personas.
Conclusión
Aunque las lesiones sexuales no son un fenómeno nuevo, su visibilidad ha aumentado gracias a los estudios científicos y la divulgación médica. La práctica sexual segura no solo implica el uso de protección, sino también la conciencia sobre los límites físicos del cuerpo, la comunicación con la pareja y la precaución con ciertas posturas.
El placer no está reñido con la prevención. Y como en toda actividad física, el sexo también requiere de cuidado, atención y responsabilidad.
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