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Colo Colo

Eduardo Menichetti Pilasi, hijo de histórico expresidente de Colo Colo, es la carta sorpresa que prepara Mosa para recuperar el poder en ByN

Abril vuelve a ser crucial para el futuro de Colo Colo. No solo porque se trata del mes del 98º aniversario del club. Los movimientos institucionales comenzaron a darse un poco antes. El miércoles 29 de marzo, se produjo uno más de los remezones que en Blanco y Negro parecen ser costumbre. En esa jornada, se conoció la renuncia de Fernando Arab al directorio de la concesionaria que administra al club albo. La jugada había que entenderla con un poco más de profundidad que la mera salida de la mesa del ex subsecretario del Trabajo en la gestión de Sebastián Piñera. En definitiva, era parte de la estrategia de Aníbal Mosa para pavimentar su regreso a la testera de la firma que administra el Cacique. La dimisión de Arab obliga a llamar a elecciones.

Mosa alista más sorpresas. La más rimbombante apunta a convencer al recientemente retirado Esteban Paredes para que se sume al organigrama del club. El Tanque explicó en una entrevista a El Deportivo que está terminando un curso de administración deportiva, un área que le seduce especialmente. También se prepara para ser entrenador, pero esa función la mira con más distancia. Por el momento, pretende que su aporte se enfoque en el desarrollo de un plan que potencie el protagonismo de los albos, incluso a nivel internacional.

La otra está ligada a la parte más exitosa del club. Al menos, desde el punto de vista familiar. El empresario puertomontino le ofreció el asiento que deja vacante Arab a Eduardo Menichetti Pilasi, hijo de Eduardo Menichetti Fuente, el presidente que levantó la Copa Libertadores de América en 1991.

Crítico, pero conservador

Menichetti Pilasi también luce una trayectoria dirigencial en el club albo. No tan destacada como la de su progenitor. De hecho, le correspondió estar en el Club Social y Deportivo en una época particularmente convulsa, por la ausencia de éxitos deportivos que, para colmo, conseguía Universidad de Chile, el archirrival. Fue vicepresidente de la entidad matriz del Cacique. Eso sí, la elección de Mosa no puede interpretarse como un guiño a la actual gestión de la corporación, dada su marcada distancia respecto de las últimas administraciones de esa entidad.

Menichetti también ha sido crítico con Blanco y Negro, aunque con un matiz importante: nunca compartió la idea de que los socios recuperaran el control del club, por considerarla inviable. “Eso de que lo que quiere el pueblo es que se vaya Blanco y Negro suena muy bien, pero no tiene ningún sustento en la realidad. Yo no puedo dejar de entender al hincha que canta eso después de cada fiasco que protagoniza el equipo, pero no por eso voy a compartir esa solución, que además es inviable. Ninguno de los grandes accionistas de Colo Colo va a estar dispuesto a vender sus acciones, y mucho menos en un momento como este, signado por el fracaso. Todos ellos son empresarios poderosos, de un tremendo éxito en sus actividades personales, y no van a permitirse por ningún motivo el reconocer que en esta actividad no les fue bien”, declaraba en 2013, un año antes de que los títulos volvieran al Monumental, a Publimetro.

En otras oportunidades, se quejó por la “politización” del Club Social y Deportivo Colo Colo. La actual dirigencia de esa entidad, que encabeza Matías Camacho, declinó referirse a la posibilidad de que Menichetti pase a integrar el directorio de la concesionaria.

Defensor del legado paterno

Menichetti Pilasi ha sido particularmente enérgico en la defensa del legado de su padre. Especialmente, en relación a la construcción del estadio Monumental, la máxima realización inmobiliaria de los albos en su historia. Su progenitor era el vicepresidente del club el 30 de septiembre de 1989, cuando se inauguró. También, el timonel de la Inmobiliaria. Tres años después, cortó la cinta de la iluminación artificial del recinto, un paso clave para el éxito continental que se celebraría en junio. Los albos nunca más tuvieron que salir de casa y la localía la hacían sentir con fuerza ante los principales equipos del continente.

Hay una ligazón que irrita especialmente a Menichetti hijo: la vinculación de la obra con Augusto Pinochet. Fue especialmente enfático, por ejemplo, en 2015 para salir al cruce de Pedro Sabat, entonces alcalde de Ñuñoa, quien planteó que hubo ayudas gubernamentales en la construcción del recinto albo. “Lo encuentro lamentable. Encuentro lamentable que un alcalde por querer sacar réditos políticos y le paguen una patente por un estadio, diga estas cosas. El Estadio Nacional actualmente no paga patente, entonces al concesionarlo a una sociedad anónima le tendría que pagar a la municipalidad. Es un mito súper desmentido, los comentarios del alcalde Sabat son fuera de todo lugar. Está tratando de sacar réditos políticos después de tener una elección tan estrecha”, le contestó.

“Efectivamente, días anteriores al plebiscito (octubre de 1988), Augusto Pinochet ofreció regalar a Colo Colo 300 millones, los cuales nunca se entregaron. Pinochet perdió esa elección y esa plata nunca llegó a ninguna parte, le consta a la Digeder de esa época”, enfatizó, en línea con el discurso institucional albo que, esta vez, sí es uniforme.

Los dardos, por cierto, incluyeron una mención al archirrival, del que Sabat era un reconocido hincha. “Mientras la U no tenga su propio estadio van a seguir molestando con esto toda su vida. El estadio propio no significa jugar en el estadio de los chilenos”, sentenciaba Menichetti Pilasi.

Original de La Tercera

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