Lo que parecía el fin del ciclo de Jorge Almirón en Colo Colo terminó siendo todo lo contrario. Pese a semanas de negociaciones y rumores sobre su salida, el técnico argentino seguirá al mando del plantel. La confirmación llegó desde el propio Aníbal Mosa, presidente de Blanco y Negro, quien, tras una extensa reunión de directorio, debió comunicar que Almirón continúa en su cargo. Pero más allá de la continuidad del DT, el gran golpe lo recibió el propio Mosa, cuyo liderazgo quedó visiblemente debilitado.
El anuncio fue hecho en un escenario ya familiar: la Casa Alba. Pero esta vez, el tono fue distinto. Con resignación, Mosa admitió que, tras conversaciones con el entorno del entrenador, se optó por no seguir adelante con la desvinculación. “Hemos decidido continuar trabajando juntos”, dijo escuetamente, bajando el telón a un conflicto que desgastó a toda la interna del club.
En las últimas semanas, Blanco y Negro había ofrecido hasta 1,5 millones de dólares para destrabar la salida del técnico, una cifra muy por debajo de los cerca de 3 millones establecidos en el contrato vigente hasta 2026. La propuesta fue rechazada por Almirón y su representante, Pablo del Río, quienes consideraron inaceptable tanto el monto como la forma en que se manejó la situación: la prensa se enteró antes que el propio entrenador.
Internamente, el directorio estaba dividido. Mosa intentó avanzar con apoyo parcial, pero se topó con una resistencia fuerte liderada por Alfredo Stöhwing, además del respaldo al DT por parte de Daniel Morón, gerente deportivo del club. Un informe técnico elaborado por Morón fue clave para desactivar el intento de despido, inclinando la balanza a favor de Almirón.
La forma en que se abordó el tema también generó molestia. La discusión sobre el futuro del entrenador se relegó al final de la sesión —en el punto “varios”—, lo que fue interpretado como una maniobra para forzar la salida sin un debate profundo. Stöhwing no se guardó nada y criticó duramente el manejo del tema: “Es insólito lo que se ha hecho pasar al entrenador y al plantel”, declaró.
En el camarín, las señales de apoyo fueron mixtas. Si bien algunos jugadores respaldaron públicamente a Almirón —como Alan Saldivia, quien asumió responsabilidad por el mal momento del equipo— también se reconoce cierta distancia entre el DT y algunos referentes, lo que deja claro que el ambiente no está del todo despejado.
A todo esto se suma otro frente para Mosa: aunque la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) no detectó irregularidades inmediatas en el balance de 2024, sí advirtió que la investigación sigue abierta y que podrían surgir nuevas medidas de fiscalización o incluso sanciones.
Mosa comenzó el año con el viento a favor, celebrando el título de Copa Chile y presumiendo un mercado de fichajes ambicioso. Pero ahora, su posición al interior del club es muy distinta. El apodo de “Florentino Mosa” que alguna vez usaron los hinchas con entusiasmo, hoy parece más una ironía. Tras perder la pulseada con Almirón, su liderazgo tambalea y el futuro de Colo Colo se proyecta con más preguntas que certezas.
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