Aunque muchas veces se habla del cáncer como algo inevitable, la evidencia muestra que una parte importante de los casos sí se puede prevenir. Así lo afirma el doctor Mikkael A. Sekeres, jefe de Hematología del Sylvester Comprehensive Cancer Center de la Universidad de Miami, quien en una columna para The Washington Post detalló 11 hábitos esenciales que pueden reducir significativamente el riesgo de desarrollar esta enfermedad. Su visión no solo se basa en la ciencia, sino también en su experiencia personal, ya que su madre enfrenta un cáncer de pulmón.
Según cifras de los CDC, solo en Estados Unidos se diagnosticaron 1,8 millones de nuevos casos de cáncer en 2021 y se registraron más de 600.000 muertes en 2022. Sin embargo, la American Cancer Society estima que cerca del 40% de esos diagnósticos podrían haberse evitado con cambios sostenidos en el estilo de vida. Sekeres respalda esta idea con estudios que demuestran cómo ciertos comportamientos diarios marcan la diferencia.
Entre las recomendaciones más destacadas está mantener una alimentación rica en frutas, verduras y granos integrales, lo que ayuda a reducir el riesgo de varios tipos de cáncer, especialmente el colorrectal. También aconseja usar aceites vegetales como el de oliva en lugar de mantequilla o grasa animal, y disminuir el consumo de carnes rojas o procesadas, ya que estas últimas están ligadas directamente al cáncer de colon, sobre todo cuando se cocinan a altas temperaturas.
Evitar alimentos ultraprocesados y bebidas azucaradas también se vuelve clave, ya que diversos estudios han encontrado una relación directa con un mayor riesgo de cáncer. A eso se suma la importancia de proteger la piel del sol todos los días, ya que, por ejemplo, el uso de camas solares antes de los 35 años aumenta en un 75% la probabilidad de desarrollar melanoma.
El oncólogo también recomienda moderar o eliminar el consumo de alcohol, responsable de un porcentaje significativo de diagnósticos, en especial en el caso del cáncer de mama. Otro punto fundamental es la vacunación: inmunizarse contra el VPH y la hepatitis B reduce drásticamente el riesgo de cáncer de cuello uterino y de hígado, respectivamente. También sugiere realizarse colonoscopías a partir de los 45 años, ya que permiten detectar pólipos antes de que se vuelvan malignos.
A nivel de actividad física, se recomienda hacer al menos 150 minutos de ejercicio moderado por semana y mantener un peso saludable. La obesidad está asociada a 13 tipos diferentes de cáncer debido a procesos inflamatorios y alteraciones hormonales. Y por supuesto, dejar de fumar o nunca haberlo hecho es una de las formas más eficaces de reducir riesgos, especialmente en el caso del cáncer de pulmón, donde el tabaco es responsable del 86% de los casos.
Sekeres también hace un llamado a considerar el contexto social y económico en que las personas viven. Señala que no todos tienen acceso fácil a alimentos saludables, espacios seguros para hacer ejercicio o sistemas de vacunación eficientes, por lo que insiste en la necesidad de políticas públicas que acompañen los esfuerzos individuales.
“La prevención no depende solo de exámenes o tratamientos, sino de las decisiones que tomamos todos los días”, afirmó el doctor, resaltando que cambiar pequeños hábitos puede tener un gran impacto en nuestra salud futura.
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