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¿Caminar o andar en bicicleta? Guía para cuidar tu salud cardiovascular

En un contexto donde cada vez más personas buscan formas accesibles y sostenibles de mejorar su salud, caminar y andar en bicicleta se posicionan como dos de las actividades físicas más recomendadas. Pero ¿cuál de las dos es mejor para el corazón?

Según cardiólogos y expertos en medicina deportiva, ambas actividades mejoran significativamente la salud cardiovascular, reducen el riesgo de enfermedades crónicas y ayudan a controlar el peso corporal. Sin embargo, el impacto específico de cada una puede variar según la frecuencia, duración e intensidad con que se realicen.

Caminar vs. andar en bicicleta: comparación para el corazón

Aspecto Caminar Andar en bicicleta
Impacto cardiovascular Moderado Moderado a alto (según velocidad y terreno)
Riesgo articular Bajo Bajo (aunque puede haber molestias en rodillas si la postura es incorrecta)
Accesibilidad Muy alta (sin equipo necesario) Alta, pero requiere bicicleta y seguridad vial
Consumo calórico por hora* 200–300 cal/h (paso ligero) 400–600 cal/h (pedaleo moderado)
Fortalecimiento muscular Piernas y core (ligero) Piernas, glúteos y core (más intenso)
Adecuado para principiantes Sí, con técnica básica
Ideal para Personas sedentarias, mayores, rehabilitación cardíaca Quienes buscan mayor intensidad cardiovascular

*Valores estimados para una persona de 70 kg.

Caminar: la opción universal

Caminar a paso ligero durante al menos 30 minutos al día ha demostrado reducir el riesgo de hipertensión, colesterol alto, diabetes tipo 2 y enfermedades cardíacas. “Es una excelente opción para personas mayores, principiantes o quienes están en recuperación”, explica la doctora Mariana Oliveto, especialista en salud cardiovascular.

Además, caminar regularmente mejora la circulación, fortalece el corazón y ayuda a controlar el estrés, un factor clave en la salud cardíaca.

Andar en bicicleta: mayor intensidad, mayores beneficios

Andar en bicicleta, especialmente si se hace de forma constante y a ritmo moderado o alto, puede ofrecer beneficios cardiovasculares superiores debido a su mayor exigencia física. Estudios recientes han encontrado que el ciclismo habitual reduce el riesgo de eventos cardíacos hasta en un 40%, especialmente si se realiza al menos 3 veces por semana.

El doctor Julián Herrera, médico deportólogo, aclara: “El ciclismo exige más al sistema cardiovascular, lo que puede traducirse en mayores adaptaciones en personas sanas o ya entrenadas”.

Sin embargo, requiere un entorno adecuado, conocimientos básicos de seguridad vial y, en algunos casos, ajustes ergonómicos para evitar lesiones.

¿Qué dicen las guías internacionales?

La Organización Mundial de la Salud recomienda al menos 150 minutos semanales de actividad aeróbica moderada para mantener una buena salud cardiovascular. Tanto caminar como andar en bicicleta cumplen con este requisito, siempre que se realicen con la intensidad adecuada.

Conclusión: ¿cuál elegir?

No hay una respuesta única. Si el objetivo es iniciar una vida activa, mejorar la salud general o si existen limitaciones físicas, caminar es una excelente opción. Si se busca mejorar el rendimiento cardiovascular, quemar más calorías o aumentar la intensidad, andar en bicicleta puede ser más beneficioso.

La mejor actividad es, en última instancia, aquella que se pueda realizar con regularidad y placer. Como afirman los expertos: el corazón agradece el movimiento, sin importar si es a pie o en dos ruedas.

@EstudioEstadio

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