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¿El sexo afecta el rendimiento deportivo? Lo que dice la ciencia sobre una antigua polémica

Durante décadas, entrenadores, atletas y expertos en salud han debatido si la actividad sexual antes de una competencia deportiva puede influir positiva o negativamente en el rendimiento. Mientras algunos aún lo consideran un tema tabú, la ciencia ha comenzado a desmitificar creencias populares y aportar datos concretos sobre cómo el sexo realmente afecta (o no) el desempeño físico.

El mito del “sexo antes del partido”

Una creencia común en el deporte profesional sostiene que tener relaciones sexuales antes de una competencia puede reducir la fuerza, la agresividad o la concentración. Esta idea ha llevado a muchos entrenadores a establecer restricciones en concentraciones previas a partidos o eventos clave.

Sin embargo, múltiples estudios han demostrado que no existe evidencia concluyente de que el sexo afecte negativamente el rendimiento atlético, siempre y cuando se practique con moderación y con el tiempo adecuado de descanso posterior.

Qué dice la ciencia

Investigaciones recientes, como las publicadas en el Journal of Sports Medicine y otras revistas científicas, han concluido que:

  • El sexo no disminuye la fuerza muscular, la resistencia ni la velocidad, siempre que no se realice en las pocas horas previas al esfuerzo físico.

  • La actividad sexual entre 8 y 24 horas antes de la competencia no tiene impacto negativo en el rendimiento físico o mental.

  • En algunos casos, se ha observado que el sexo puede mejorar el estado de ánimo, reducir la ansiedad y favorecer el descanso, lo que podría tener un efecto positivo en el rendimiento deportivo.

Factores psicológicos y hormonales

Desde el punto de vista psicológico, mantener relaciones sexuales puede ayudar a liberar endorfinas y oxitocina, lo que contribuye a un mayor bienestar emocional. Esto, en situaciones de alto estrés competitivo, podría favorecer una actitud más relajada y enfocada.

Por otro lado, en deportistas de alto rendimiento, el control hormonal (como los niveles de testosterona) también ha sido motivo de estudio. Algunas teorías apuntan a que el sexo podría aumentar temporalmente los niveles de testosterona, pero estos cambios son mínimos y no siempre influyen directamente en el rendimiento físico.

¿Y qué pasa con deportes de fuerza o combate?

En disciplinas que requieren explosividad, agresividad o potencia, como el boxeo o el levantamiento de pesas, algunos entrenadores aún sostienen que la abstinencia puede ayudar a canalizar la energía. No obstante, la ciencia no ha confirmado esta relación de forma concluyente, y más bien enfatiza que el impacto depende de factores individuales, psicológicos y contextuales.

Conclusión: moderación, descanso y equilibrio

Lejos de ser perjudicial, el sexo puede formar parte de una vida saludable y equilibrada incluso para deportistas de alto rendimiento. Lo clave es evitar excesos y permitir que el cuerpo descanse adecuadamente antes de competir.

No se trata de abstinencia, sino de inteligencia deportiva. Cada atleta debe conocerse a sí mismo, saber cómo responde su cuerpo y decidir lo que mejor le funcione en su preparación física y mental.

La ciencia sigue investigando, pero hoy más que nunca, el rendimiento deportivo se entiende como un equilibrio entre cuerpo, mente, descanso… y sí, también sexualidad.

@EstudioEstadio

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