Elegir el calzado deportivo adecuado es esencial para garantizar un buen rendimiento, evitar lesiones y mejorar la comodidad durante la práctica de cualquier actividad física. Cada deporte tiene sus propias exigencias, por lo que no todos los zapatos deportivos son iguales. A continuación, te presentamos las principales recomendaciones para hacer una elección informada.
1. Considerar el tipo de deporte
Cada disciplina requiere un tipo específico de calzado que se adapte a los movimientos y superficies características de ese deporte. Por ejemplo:
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Running: se necesita calzado con buena amortiguación y ligereza para absorber el impacto repetitivo.
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Fútbol: se requieren tacos adecuados al tipo de terreno (césped natural, sintético o tierra).
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Básquetbol: el calzado debe tener soporte en el tobillo y suela con buen agarre para cambios rápidos de dirección.
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Entrenamiento en gimnasio o fitness: se recomienda un calzado estable, con buena tracción y flexibilidad.
2. Conocer tu tipo de pisada
Es fundamental identificar si tienes una pisada:
Existen tiendas deportivas que ofrecen análisis de pisada gratuitos o con tecnología especializada. Elegir un calzado que corrija o acompañe tu pisada reduce el riesgo de lesiones y mejora la eficiencia al correr o caminar.
3. Verificar el ajuste correcto
Un buen calzado deportivo debe:
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Ajustar bien sin apretar: debe haber un pequeño espacio (alrededor de medio centímetro) entre el dedo más largo y la punta del zapato.
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Sujetar firmemente el talón: evita el deslizamiento del pie dentro del calzado.
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Adaptarse al ancho del pie: no debe generar presión lateral ni dejar demasiado espacio.
Se recomienda probarse los zapatos al final del día, cuando los pies están ligeramente hinchados, para asegurarse de que el ajuste será cómodo durante el ejercicio.
4. Evaluar la amortiguación y soporte
La amortiguación es clave para absorber impactos, especialmente en actividades de alto impacto como correr o saltar. Además, el calzado debe ofrecer:
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Soporte en el arco del pie, especialmente si tienes el pie plano o muy arqueado.
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Estabilidad en la zona del talón y el mediopié.
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Distribución equilibrada del peso al caminar o correr.
Un buen soporte reduce la posibilidad de lesiones como fascitis plantar, tendinitis o esguinces.
5. Escoger materiales transpirables y duraderos
El material del calzado influye en la comodidad, higiene y durabilidad:
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Tejidos transpirables (como mallas técnicas) ayudan a mantener el pie seco y fresco.
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Materiales resistentes aumentan la vida útil del calzado, especialmente en deportes de alto desgaste.
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Plantillas removibles permiten ajustar el confort y facilitan la limpieza.
6. Reemplazar el calzado cuando sea necesario
Incluso los mejores zapatos deportivos tienen una vida útil limitada. Se recomienda:
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Cambiar el calzado cada 600 a 800 km recorridos, en el caso del running.
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Estar atento a signos de desgaste en la suela, pérdida de amortiguación o deformación.
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No esperar a que el zapato se vea muy deteriorado para reemplazarlo, ya que puede provocar lesiones.
7. No guiarse solo por la apariencia
Aunque el diseño es importante, no debe ser el único criterio. Muchas veces, un zapato muy atractivo visualmente no es el más adecuado para tu tipo de pie o actividad física. Prioriza la funcionalidad, el ajuste y la comodidad sobre la moda.
Conclusión
El calzado deportivo adecuado puede marcar la diferencia entre una experiencia cómoda y segura, o una serie de molestias y posibles lesiones. Por eso, es importante elegir con criterio, considerando el tipo de actividad, la forma del pie y las necesidades específicas de cada persona. Invertir en un buen par de zapatos deportivos es, en realidad, invertir en salud y rendimiento físico.
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