Cada vez más deportistas están siendo diagnosticados con enfermedad celíaca, una condición autoinmune que impide la correcta absorción de nutrientes al consumir gluten, una proteína presente en trigo, cebada y centeno. Lejos de ser una barrera insalvable, la celiaquía bien manejada no solo permite hacer deporte, sino que puede mejorar el rendimiento físico cuando se adopta un enfoque nutricional adecuado.
¿Qué es la enfermedad celíaca y cómo afecta al deportista?
La enfermedad celíaca provoca una inflamación del intestino delgado cada vez que se consume gluten. En deportistas, esto puede traducirse en fatiga crónica, pérdida de masa muscular, anemia, problemas gastrointestinales y bajo rendimiento físico.
“La celiaquía no diagnosticada o mal tratada puede ser devastadora para un atleta. La mala absorción de hierro, calcio y vitaminas impacta directamente en la energía, la resistencia y la recuperación muscular”, advierte la nutricionista deportiva Dra. Ana Lira, especialista en patologías digestivas.
Nutrición sin gluten: la clave del rendimiento
Adoptar una dieta libre de gluten estricta y permanente es la única forma de controlar la enfermedad celíaca. Pero para los deportistas, esto representa un desafío adicional: garantizar una nutrición completa sin recurrir a productos con gluten, muchos de los cuales son fuentes tradicionales de carbohidratos para energía.
Alimentos como arroz, quinoa, maíz, legumbres, papas, frutas y verduras son opciones naturales y sin gluten, ideales para deportistas. Además, existen productos especializados como pastas, panes y barras energéticas sin gluten que permiten mantener una dieta variada.
¿Puede un deportista celíaco destacar en el alto rendimiento?
Sí, absolutamente. De hecho, muchos atletas profesionales han sido diagnosticados con celiaquía y han logrado carreras exitosas. Algunos ejemplos notables incluyen:
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Novak Djokovic, estrella del tenis mundial, quien mejoró notablemente su rendimiento tras adoptar una dieta libre de gluten.
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Sabine Lisicki, tenista alemana, también celíaca, ha competido en torneos de Grand Slam al máximo nivel.
“El diagnóstico me cambió la vida. Antes me agotaba en mitad de los partidos. Ahora tengo más energía y mejor recuperación”, declaró un futbolista profesional celíaco en una reciente entrevista a medios internacionales.
Recomendaciones clave para deportistas celíacos
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Diagnóstico precoz: Si hay síntomas como cansancio inexplicable, problemas digestivos o pérdida de masa muscular, se recomienda realizar pruebas específicas.
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Educación alimentaria: Conocer los alimentos seguros y los riesgos de la contaminación cruzada es esencial.
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Planificación de comidas: Especialmente antes y después del entrenamiento para asegurar energía, hidratación y recuperación.
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Leer etiquetas cuidadosamente: Incluso en suplementos deportivos, ya que algunos pueden contener trazas de gluten.
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Trabajo conjunto: Es fundamental contar con un equipo multidisciplinario: médico, nutricionista y entrenador.
Conclusión: la celiaquía no es el fin del deporte
La celiaquía plantea desafíos, sí, pero no impide llevar una vida activa ni alcanzar metas deportivas. Con un diagnóstico adecuado, una dieta sin gluten bien planificada y acompañamiento profesional, los deportistas celíacos pueden incluso mejorar su rendimiento y bienestar general.
«El cuerpo responde mejor cuando se alimenta bien. Y para un celíaco, eso comienza con eliminar el gluten por completo», concluye la Dra. Lira.
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