Estudios recientes destacan los beneficios del ejercicio físico como método efectivo para prevenir y aliviar ciertos tipos de cefaleas.
Cada vez más expertos en salud recomiendan incorporar el ejercicio físico regular como parte de las estrategias no farmacológicas para tratar el dolor de cabeza, especialmente el de tipo tensional y algunas migrañas. Esta alternativa natural no solo mejora la salud general, sino que también podría reducir la necesidad de medicamentos a largo plazo.
Según un informe publicado por la Sociedad Española de Neurología (SEN), el ejercicio aeróbico moderado puede disminuir la frecuencia, intensidad y duración de los episodios de cefalea. Actividades como caminar, nadar, montar en bicicleta o practicar yoga contribuyen a liberar endorfinas, conocidas como las «hormonas de la felicidad», que tienen un efecto analgésico natural sobre el cuerpo.
“El deporte mejora la circulación sanguínea, reduce los niveles de estrés y ayuda a regular el sueño, todos ellos factores clave en la aparición del dolor de cabeza”, explicó la doctora María González, neuróloga especializada en dolor crónico.
Sin embargo, los especialistas advierten que no todos los ejercicios son adecuados para todas las personas que sufren de cefalea. En algunos casos, la actividad física intensa o mal ejecutada puede ser un desencadenante del dolor. Por ello, se recomienda adaptar el tipo y la intensidad del ejercicio a las condiciones de cada paciente y, preferiblemente, bajo la orientación de un profesional.
Una encuesta realizada por el Centro de Investigación de Dolor Crónico de la Universidad de Barcelona reveló que más del 65% de los pacientes con cefalea tensional reportaron mejoras significativas tras incorporar ejercicio moderado tres veces por semana durante un periodo de ocho semanas.
Recomendaciones generales para pacientes con dolor de cabeza:
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Realizar 30 minutos de actividad física moderada al menos tres veces por semana.
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Evitar ejercicios de alta intensidad si se ha identificado como detonante.
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Combinar el deporte con otras técnicas de relajación como la meditación o la respiración consciente.
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Mantener una adecuada hidratación antes, durante y después del ejercicio.
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Consultar con un médico si el dolor se agrava tras la actividad física.
En un contexto en el que el uso excesivo de analgésicos puede generar efectos secundarios o incluso dolor de cabeza por rebote, el deporte se perfila como una herramienta accesible, natural y con múltiples beneficios colaterales.
El movimiento es salud, y en el caso del dolor de cabeza, también puede ser parte de la solución.
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