La denominada “tragedia de Avellaneda” no solo marcó un antes y un después para la hinchada de Universidad de Chile, sino que también dejó graves consecuencias deportivas y económicas para la institución. Los violentos incidentes ocurridos en el duelo ante Independiente por la Copa Sudamericana derivaron en una de las sanciones más severas impuestas por la Conmebol en los últimos años, las cuales el club intentó sin éxito reducir.
Durante la jornada de este lunes, medios argentinos informaron que la Confederación Sudamericana de Fútbol rechazó los argumentos de Independiente en su apelación por los hechos ocurridos en el Estadio Libertadores de América. Horas más tarde, se confirmó que la Universidad de Chile corrió la misma suerte: su apelación también fue denegada por la Comisión de Apelaciones del ente rector del fútbol sudamericano.
Según informó el periodista César Merlo, el elenco universitario no se dará por vencido y ya definió su próximo paso. Tal como lo hará el club argentino, la “U” recurrirá al Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS), con el objetivo de lograr una rebaja de las duras sanciones. La defensa azul será encabezada por el reconocido abogado Gerardo Acosta, especialista en derecho deportivo internacional.
Las sanciones que pesan sobre el conjunto laico incluyen siete partidos —de local y visitante— sin público, lo que significa jugar a estadio vacío durante buena parte de las próximas competencias internacionales, además de una multa económica que asciende a 270 mil dólares.
Desde Azul Azul, concesionaria que administra el club, manifestaron su disconformidad con el fallo y sostienen que la “U” adoptó todas las medidas exigidas por Conmebol para garantizar la seguridad del encuentro. “El club fue víctima de hechos lamentables que escapan a su control. Nuestra intención es que se revise la proporcionalidad del castigo”, indicaron fuentes cercanas a la dirigencia.
Expertos en derecho deportivo advierten, sin embargo, que revertir una decisión de Conmebol ante el TAS no será tarea fácil. No obstante, existe optimismo en el cuadro azul de lograr una reducción parcial del castigo, sobre todo en lo referido a los partidos sin público.
Así, la Universidad de Chile se prepara para una nueva batalla fuera de la cancha, buscando en el ámbito legal lo que la justicia deportiva de Conmebol le negó. El fallo del TAS podría conocerse antes de fin de año, y de su resultado dependerá gran parte de la planificación del club para la próxima temporada internacional.
La “U” apuesta todo al TAS en su lucha por limpiar su nombre tras la tragedia que golpeó al fútbol sudamericano.
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