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Ejercicio y presión arterial: estudios confirman que el horario ideal depende de cada persona

La hipertensión arterial es uno de los principales factores de riesgo para enfermedades cardiovasculares y otras afecciones graves. Por ello, su control adecuado resulta esencial para preservar la salud a largo plazo.

En este contexto, la comunidad médica y científica insiste en los beneficios del ejercicio regular como una de las herramientas más efectivas para mantener la presión arterial bajo control. Si bien el estrés cotidiano puede causar fluctuaciones temporales, cuando estas se prolongan en el tiempo pueden derivar en hipertensión crónica y complicaciones severas.

Según un artículo publicado por EatingWell, el ejercicio físico constante actúa como un mecanismo natural de equilibrio cardiovascular. Pero surge una duda frecuente: ¿existe un momento óptimo del día para ejercitarse y reducir la presión arterial?

De acuerdo con un estudio de la Universidad de Granada, no existe un único horario ideal aplicable a todos. Tanto las rutinas matutinas como vespertinas muestran efectos positivos, aunque los beneficios pueden variar según el perfil y las necesidades individuales.

El mejor horario: constancia antes que reloj

La especialista en nutrición y entrenamiento Umo Callins, directora de Well Rooted Health and Nutrition y 180Physique Athletics, destaca que el éxito depende de la regularidad y de adaptar el ejercicio al estilo de vida.

Cuando trabajo con mis clientes, les pregunto qué hora del día les resulta más fácil mantener, considerando horarios y preferencias personales”, explica.

El cardiólogo Saagar Sanghvi, de la Indiana University Health (EE. UU.), coincide:

Lo más importante es hacer ejercicio cuando sea posible. Cualquier momento del día es bueno si se mantiene la constancia”, afirma.

Ventajas del ejercicio matutino

Algunas investigaciones señalan que entrenar por la mañana podría ser más beneficioso para las mujeres. Un estudio de 12 semanas publicado en la revista Hypertension demostró que quienes se ejercitaban antes del mediodía redujeron más la presión arterial y la grasa abdominal que aquellas que lo hacían por la tarde.

Callins refuerza esta idea: “Hacer ejercicio por la mañana parece más eficaz para reducir la presión arterial en mujeres”.

En adultos mayores, comenzar el día con una caminata de 30 minutos también mostró mejoras en la presión sistólica, sobre todo si se complementa con pausas activas durante la jornada.

El doctor Devin Loewestein, internista y nefrólogo de la Universidad de California (UCSF), agrega que en personas con síndrome metabólico, el ejercicio matutino mejora los marcadores metabólicos y evita posibles trastornos del sueño.

Beneficios del entrenamiento vespertino

Por otro lado, quienes prefieren ejercitarse por la tarde o noche también pueden obtener resultados positivos.

La nutricionista deportiva Marie Spano, fundadora de Spano Performance Consulting, explica: “El ejercicio vespertino puede ofrecer mayores beneficios a los hombres con hipertensión o prehipertensión”.

Spano detalla que entrenar más tarde reduce la actividad del sistema nervioso simpático, responsable de la respuesta de lucha o huida, lo que disminuye la presión arterial de forma más significativa.

El cardiólogo Renato Apolito, del Morristown Medical Center (EE. UU.), coincide: “El ejercicio vespertino puede contrarrestar el aumento natural de la presión arterial y generar reducciones aún mayores. Además, las personas suelen sentirse más fuertes y flexibles al final del día”.

Asimismo, hacer ejercicio por la tarde o noche puede mejorar el control del azúcar en sangre y favorecer la salud cardiovascular, algo especialmente relevante para personas con hipertensión matinal.

Recomendaciones para integrar el ejercicio a la rutina

La nutricionista Michelle Routhenstein, presidenta de Entirely Nourished, aconseja comenzar de forma gradual: “Empieza con cinco minutos de actividad diaria y aumenta el tiempo progresivamente. Esto facilita mantener la rutina sin generar presión”.

Además, recomienda elegir actividades placenteras y, de ser posible, compartirlas con amigos o familiares.

Hacer ejercicio acompañado ayuda a mantener la constancia y convierte el entrenamiento en una experiencia más positiva”, agrega Sanghvi.

El doctor Loewestein sugiere aprovechar pequeñas oportunidades diarias para moverse, como caminar después de comer o realizar pausas activas durante el trabajo.

Finalmente, Callins recalca la importancia de combinar ejercicios aeróbicos y de fuerza, ya que esta mezcla potencia los beneficios cardiovasculares y reduce la presión arterial.

Conclusión

Los especialistas coinciden: no hay una hora perfecta para hacer ejercicio, pero sí un principio universal —la constancia es la clave. Incorporar el movimiento como hábito diario, adaptado a cada estilo de vida, es la herramienta más eficaz para controlar la hipertensión y fortalecer el corazón.

@EstudioEstadio

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