Las negociaciones entre Universidad de Chile y el técnico Gustavo Álvarez resultaron mucho más complejas de lo esperado. La cláusula de salida del entrenador, que asciende a US$ 1,2 millones, se transformó en un verdadero dolor de cabeza para Azul Azul, que aún no logra encontrar una fórmula que deje conformes a todas las partes. Esta situación ha estancado la conformación del plantel para la próxima temporada, desde la contratación de un nuevo entrenador hasta la llegada de refuerzos.
Durante las últimas horas, se acordó un borrador que debe ser visado por ambas partes: la cláusula se pagará en cuotas y por un monto muy inferior al exigido inicialmente. El directorio presidido por Michael Clark tenía previsto reunirse este viernes para analizarlo, pero la cita fue postergada para el lunes 22. En esa instancia se espera que se den a conocer los detalles del principio de acuerdo alcanzado entre el DT y la mesa estudiantil.
En medio de esta incertidumbre, la gerencia deportiva encabezada por Manuel Mayo logró avanzar en aspectos clave. Según información de El Deportivo, Charles Aránguiz (36), considerado el mejor jugador del equipo en 2025, acordó su renovación por dos temporadas más. El volante, cuyo contrato finalizaba el 31 de diciembre, se ha convertido en una pieza fundamental para el proyecto de la U. En la última Liga de Primera, el “Príncipe” disputó 25 partidos, anotando seis goles y entregando cuatro asistencias. El propio jugador había adelantado su intención de continuar tras el duelo frente a Coquimbo Unido, señalando: “Estoy en conversaciones, pero con tranquilidad. No estamos apurados. Hay buena relación con la dirigencia, tenemos que ajustar algunos detalles. Voy a seguir acá”.
La extensión de contrato de Aránguiz generaba suspenso, ya que, salvo el anuncio de la continuidad de Marcelo Díaz, el club no había entregado señales respecto a otros jugadores que finalizaban vínculo. En el CDA explican que todo se debe a la dilatada negociación con Álvarez, que ha ralentizado las operaciones. La intención es cerrar primero el capítulo del adiestrador oriundo de Lomas de Zamora.
El regreso de Eduardo Vargas a la U
En paralelo, otra noticia generó expectación entre los hinchas azules: el regreso de Eduardo Vargas (36). Tras 14 años y dos intentos fallidos en la presente temporada, el delantero campeón de la Copa Sudamericana 2011 con la U acordó un contrato por dos años con el club. No obstante, su fichaje debe ser aprobado por el nuevo DT que asuma en reemplazo de Álvarez.
Tras desvincularse de Audax Italiano, donde firmó por seis meses, Vargas quedó con el pase en su poder y pudo negociar como jugador libre con Manuel Mayo. Las conversaciones fueron rápidas y efectivas, considerando que la U necesitaba delanteros tras las salidas de Lucas Di Yorio, Rodrigo Contreras y Nicolás Guerra. A diferencia de lo ocurrido a mediados de año, esta vez no hubo una oferta considerada irrisoria, y las exigencias del jugador estuvieron alineadas con lo que ofrecía el club.
El exgoleador de la Roja entregó una señal importante al anotar un gol contra Colo Colo en la última fecha del torneo, celebrando con la insignia tatuada en su brazo derecho. Aunque parte del directorio tenía reparos por lo acontecido en negociaciones anteriores y por su rendimiento reciente (cuatro goles en 13 partidos en Primera), ninguno se opuso a su llegada.
Vargas dejó la U en diciembre de 2011 tras conquistar el Apertura, Clausura y la mencionada Sudamericana. En ese entonces, el Napoli pagó US$ 14,7 millones por su pase y le ofreció un sueldo de 62 millones de pesos mensuales. Desde entonces, no había decidido volver al país, pese a algunos acercamientos.
En su paso por Nacional de Uruguay, tras no renovar con Atlético Mineiro, el delantero no tuvo un buen desempeño, lo que generó molestia en Azul Azul. Sin embargo, Mayo llamó a la calma y mantuvo abierta la posibilidad de su regreso. Tras una mala campaña en el fútbol charrúa, Vargas volvió a quedar libre y la U retomó las negociaciones. Diferencias en el sueldo lo llevaron a firmar por un semestre en Audax Italiano, donde destacó el respeto y buen trato recibido.
Finalmente, esta firma desató una fuerte disputa en La Cisterna entre el técnico Gustavo Álvarez y el directorio presidido por Michael Clark, lo que terminó con la salida del adiestrador argentino de Universidad de Chile.
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