A pesar de la creciente presión desde la dirigencia de Blanco y Negro para poner fin a su etapa en la banca de Colo Colo, Jorge Almirón no da señales de querer dar un paso al costado. El técnico argentino, firme en su convicción, insiste en que tiene la energía y las herramientas necesarias para revertir el mal momento del equipo en el único frente que le queda: el Torneo Nacional.
Más allá de los resultados adversos y la decepción por las eliminaciones en las copas, Almirón se siente cómodo en Chile. Su reciente renovación contractual elevó su sueldo a cerca de 2 millones de dólares anuales más bonos, transformándolo en el técnico mejor pagado del fútbol chileno. Además, valora el ambiente laboral dentro del club y el respeto que ha sentido, tanto de los trabajadores como de los propios hinchas.
Incluso en medio de los tropiezos deportivos, el foco de las críticas de los fanáticos parece apuntar más al rendimiento del plantel que al entrenador, lo que ha reforzado su intención de mantenerse al mando. Almirón está convencido de que la jerarquía del equipo aún puede manifestarse en el campeonato local.
Mientras tanto, la dirigencia avanza en las gestiones para facilitar su salida y ya se habla de Gustavo Quinteros como el principal candidato para reemplazarlo. Sin embargo, su nombre genera divisiones internas. Su anterior paso por el club, marcado por roces con la dirigencia y decisiones polémicas en el mercado de fichajes, ha sembrado dudas entre algunos miembros del directorio.
En este escenario tenso pero contenido, Almirón se muestra tranquilo. Acostumbrado a contextos mediáticamente más hostiles como los que vivió en Boca Juniors, siente que el entorno en Chile le permite mantener la calma. Aun así, la cúpula alba quiere resolver su situación antes del próximo partido ante Ñublense. El técnico se mantiene en su puesto, pero su continuidad sigue siendo altamente incierta.
*Estudio Estadio produce sus propios contenidos, ya sea con el aporte de sus redactores o el uso de tecnología avanzada