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Moverse después de los 30: expertos recomiendan rutina semanal de ejercicio para prevenir enfermedades y ganar calidad de vida

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Superados los 30 años, el cuerpo comienza un proceso natural de cambios metabólicos, hormonales y musculares. Aunque estos ajustes son parte del envejecimiento, un factor clave puede marcar la diferencia entre una vejez saludable o una con deterioro físico y mental: el ejercicio regular.

Especialistas en medicina deportiva y salud preventiva coinciden en que una pauta de ejercicios bien diseñada puede ayudar a prevenir enfermedades como la hipertensión, diabetes tipo 2, osteoporosis, ansiedad y depresión. También mejora la postura, la calidad del sueño y el rendimiento cognitivo.

A continuación, una pauta de ejercicios semanal recomendada para adultos entre 30 y 60 años, adaptada a personas sin patologías crónicas diagnosticadas y con estado físico general saludable.

Pauta semanal de ejercicio para mayores de 30

1. Ejercicio aeróbico (3 a 5 veces por semana)

  • Duración: 30 a 45 minutos por sesión

  • Opciones: Caminata rápida, trote suave, bicicleta estática, baile, natación o clases de cardio.

  • Objetivo: Fortalecer el sistema cardiovascular, mejorar el metabolismo y reducir el estrés.

2. Entrenamiento de fuerza (2 a 3 veces por semana)

  • Duración: 20 a 30 minutos por sesión

  • Ejercicios sugeridos: Sentadillas, planchas, flexiones, peso corporal o bandas elásticas.

  • Enfoque: Alternar grupos musculares (piernas, brazos, espalda y core) y permitir 48 horas de descanso entre sesiones del mismo grupo muscular.

  • Importancia: Previene la pérdida de masa muscular (sarcopenia) y mejora la densidad ósea.

3. Flexibilidad y movilidad (2 a 3 veces por semana)

  • Duración: 10 a 15 minutos

  • Prácticas recomendadas: Yoga, estiramientos estáticos, movilidad articular.

  • Meta: Evitar rigidez muscular, mejorar postura y prevenir lesiones.

4. Ejercicio funcional y equilibrio (1 a 2 veces por semana)

  • Incluye: Subir escaleras, ejercicios de coordinación, equilibrio sobre una pierna, uso de balones de estabilidad.

  • Beneficio: Fortalece la conexión cuerpo-mente, previene caídas y mejora la estabilidad general.

Adaptabilidad y constancia, las claves del éxito

“Pasados los 30 años, no se trata de entrenar como un atleta, sino de moverse con intención, constancia y seguridad”, afirma la kinesióloga deportiva Claudia Moya. “La actividad física regular no solo previene enfermedades, sino que mejora notablemente la calidad de vida, el ánimo y la autonomía con los años”.

La pauta debe ser adaptable a los tiempos y condiciones de cada persona. Si hay enfermedades previas o sedentarismo prolongado, se recomienda comenzar con sesiones cortas y de baja intensidad, con asesoría profesional si es posible.

Importante: antes de iniciar cualquier programa de ejercicios, se recomienda una evaluación médica, especialmente en personas con antecedentes de hipertensión, problemas articulares o enfermedades crónicas.

Un hábito que cambia vidas

El ejercicio no requiere grandes inversiones ni equipos sofisticados. “Lo fundamental es la regularidad. Una caminata diaria puede ser tan eficaz como una hora en el gimnasio si se mantiene en el tiempo”, concluye Moya.

Después de los 30, moverse no es solo una recomendación: es una estrategia de autocuidado clave para vivir mejor, más fuerte y por más tiempo.

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