Con la llegada del invierno, aumentan los riesgos de lesiones en los deportistas, tanto profesionales como aficionados. Las bajas temperaturas influyen directamente en el funcionamiento muscular, articular y cardiovascular, lo que puede afectar el rendimiento físico y provocar lesiones si no se toman precauciones adecuadas.
Entre las lesiones más frecuentes en climas fríos destacan:
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Contracturas musculares: El frío reduce la elasticidad muscular, lo que facilita tensiones y microdesgarros.
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Desgarros: Sin un calentamiento adecuado, los músculos no alcanzan su temperatura óptima, elevando el riesgo de rupturas fibrilares.
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Esguinces articulares: Las articulaciones tienden a volverse más rígidas, lo que puede derivar en torceduras o esguinces, especialmente en tobillos y rodillas.
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Lesiones tendinosas: El frío puede agravar problemas como tendinitis o tenosinovitis, muy comunes en disciplinas como fútbol, atletismo o tenis.
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Problemas respiratorios: La inhalación de aire frío en ejercicios intensos puede provocar broncoespasmos o irritación de las vías respiratorias.
Expertos en medicina deportiva recomiendan realizar un calentamiento más extenso y progresivo, mantenerse bien abrigado durante el ejercicio, e hidratarse correctamente, incluso si no se siente sed. Además, se aconseja evitar entrenamientos intensos al aire libre en horarios de baja temperatura o con heladas.
“El frío no solo enfría el ambiente, también los músculos. Y eso puede ser una receta para las lesiones si no nos preparamos adecuadamente”, advierte Dr. Mauricio León, especialista en medicina del deporte.
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