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Los informes que estremecen la Copa Sudamericana: duras acusaciones contra Independiente y la U

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La Copa Sudamericana vivió una de sus noches más oscuras en el partido de vuelta por los octavos de final entre Independiente y Universidad de Chile, disputado en el estadio Libertadores de América – Ricardo Enrique Bochini. Lo que debía ser una jornada deportiva terminó en una tragedia anunciada, con violentos enfrentamientos entre ambas parcialidades, graves errores en la gestión de seguridad, falta de acción policial y actos discriminatorios, lo que obligó a la suspensión definitiva del encuentro.

La cronología del caos: testimonios clave

La investigación oficial de CONMEBOL se encuentra en curso, y los testimonios del árbitro Gustavo Tejera, el delegado Michael Sánchez, y los Oficiales de Seguridad del organismo serán fundamentales para determinar responsabilidades y sanciones. Ambos clubes tienen plazo hasta el miércoles a las 13:00 horas para presentar sus descargos formales.

Informe del árbitro Gustavo Tejera: advertencias ignoradas y violencia creciente

El juez uruguayo Gustavo Tejera relató en su informe que durante el primer tiempo ya se percibía una tensión creciente en las tribunas, marcada por el lanzamiento de objetos desde la hinchada de Universidad de Chile hacia la parcialidad local. Incluso la voz del estadio pidió públicamente que cesaran las agresiones.

Antes del inicio del segundo tiempo, el equipo arbitral fue alertado por el delegado del partido para no salir al campo de juego, debido a la escalada de violencia. Pese a ello, minutos después se reanudó el partido por recomendación del delegado.

Durante el segundo tiempo volvieron los incidentes, y tras conversaciones con el oficial de seguridad y el delegado, se solicitó a los capitanes que intercedieran con sus hinchadas. Ante la persistencia de la violencia, fuimos retirados del campo de juego”, explicó Tejera, quien detalló que el partido fue cancelado a las 23:35 por falta de garantías de seguridad.

Delegado de partido: Policía se negó a intervenir

El delegado Michael Sánchez brindó un informe aún más detallado y preocupante. Confirmó que desde el calentamiento previo hubo ataques desde la tribuna visitante (sur alta, ocupada por hinchas de Universidad de Chile), con lanzamiento de objetos contundentes y líquidos hacia la hinchada local, situada justo debajo (sur baja).

La situación se agravó cuando la hinchada visitante comenzó a destruir baños y mobiliario, utilizando estos elementos para continuar las agresiones. A pesar de los reiterados pedidos de ingreso policial, el Comisario Inspector Javier Bibiano se negó, argumentando que la entrada de la fuerza pública “podía provocar una tragedia mayor”.

Incluso un hincha resultó con lesiones sangrantes en la cabeza e ingresó al campo de juego solicitando atención médica. Posteriormente, el delegado afirmó que la situación se volvió incontrolable, forzando la retirada de los jugadores a vestuarios.

Oficiales de seguridad de CONMEBOL: advertencias no escuchadas

Según el informe de los Oficiales de Seguridad de CONMEBOL, la situación podría haberse evitado. Un día antes del partido (MD-1), recomendaron no habilitar la tribuna sur baja para el público local, debido a su proximidad con la hinchada visitante. Sin embargo, el club Independiente rechazó la sugerencia, argumentando que las entradas ya estaban vendidas.

También solicitaron la presencia de personal policial en la zona sur alta, lo que no se cumplió. El resultado fue una escalada de violencia sin control, con hinchas visitantes lanzando objetos, y los locales forzando puertas para ingresar a la zona rival y continuar los enfrentamientos.

Se reportaron peleas cuerpo a cuerpo, lanzamiento de piedras, sillas destruidas, y ataques al bus de Universidad de Chile, que estaba estacionado fuera del estadio.

Cancelación del partido: sin garantías, sin control

Tras múltiples reuniones entre el árbitro, los delegados, la seguridad de CONMEBOL y las autoridades policiales, se determinó que el partido debía cancelarse por falta de garantías. La Policía Bonaerense y el Gobierno Provincial asumieron públicamente la responsabilidad de no haber intervenido en la tribuna visitante, sosteniendo que se ajustaron a sus protocolos internos de seguridad.

A las 23:34 horas, la decisión fue comunicada a los planteles, al equipo arbitral y al público.

Grave episodio de racismo

Como si no bastaran los hechos de violencia, la Unidad Disciplinaria de CONMEBOL detectó en un video que un aficionado de Universidad de Chile, ubicado en la tribuna visitante, realizó gestos racistas hacia hinchas de Independiente, simulando movimientos de mono y sosteniendo una banana. El organismo ya abrió una investigación disciplinaria sobre este hecho, que podría acarrear duras sanciones para el club chileno.

Conclusión: una tragedia evitable y múltiples responsables

Los incidentes violentos y racistas vividos en el estadio Libertadores de América representan uno de los hechos más graves ocurridos en torneos continentales en los últimos años. Las múltiples advertencias ignoradas, la inacción de la policía local y la irresponsabilidad en la planificación del evento generaron una tormenta perfecta, que pudo haber tenido consecuencias aún más lamentables.

La CONMEBOL ya inició un proceso disciplinario y se espera una batería de sanciones contra ambos clubes, la organización local y autoridades de seguridad. Los ojos del continente están puestos en cómo se manejará esta crisis que expone, una vez más, la fragilidad de la seguridad en el fútbol sudamericano.

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