Expertos recomiendan adaptar la actividad física para evitar complicaciones durante la temporada alta de polen y otros alérgenos.
Con la llegada de la primavera y el otoño, muchas personas retoman sus rutinas deportivas al aire libre. Sin embargo, para quienes sufren de alergias estacionales, este puede ser un verdadero desafío. Estornudos, congestión nasal, lagrimeo y dificultad para respirar son algunos de los síntomas que pueden dificultar o incluso impedir la práctica deportiva.
Frente a esta realidad, especialistas en salud respiratoria y deporte aseguran que es posible mantenerse activo sin poner en riesgo la salud, siempre que se tomen ciertas precauciones.
La importancia de elegir el momento y el lugar adecuado
Uno de los principales consejos es evitar hacer ejercicio al aire libre en las primeras horas del día, ya que es cuando los niveles de polen suelen ser más altos. En su lugar, se recomienda entrenar al atardecer o en espacios cerrados, como gimnasios o centros deportivos cubiertos con sistemas de filtración de aire.
“Las personas con rinitis alérgica o asma inducida por ejercicio deben evitar actividades intensas al aire libre cuando los índices de polen están altos”, señala el doctor Luis Ramírez, alergólogo del Hospital General de Madrid.
También es fundamental consultar los índices de calidad del aire y niveles de polen antes de salir. Existen aplicaciones móviles y sitios web oficiales que actualizan esta información en tiempo real.
Medidas clave para hacer deporte en temporada de alergias:
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Usar gafas deportivas y mascarillas para evitar el contacto directo con el polen.
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Ducharse y cambiarse de ropa inmediatamente después del ejercicio para eliminar restos de alérgenos.
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Evitar zonas verdes o con alta concentración de árboles y flores durante el entrenamiento.
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Mantener un tratamiento médico preventivo, como antihistamínicos o inhaladores si han sido recetados.
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Hidratarse bien antes, durante y después de la actividad física.
El deporte, aliado también contra los síntomas
Paradójicamente, mantenerse activo puede ser beneficioso para quienes padecen alergias. El ejercicio regular fortalece el sistema inmunológico, mejora la función pulmonar y reduce el estrés, un factor que puede empeorar los síntomas alérgicos.
“No se trata de dejar de hacer ejercicio, sino de adaptarlo a las condiciones del entorno y a las necesidades del cuerpo durante esta etapa”, explica la doctora Carla Núñez, especialista en medicina deportiva.
En casos más severos, los médicos pueden recomendar hacer ejercicio exclusivamente en ambientes controlados y cerrados, especialmente para personas con asma alérgica o antecedentes de crisis respiratorias durante la práctica deportiva.
Conclusión
Las alergias no deben ser un obstáculo para llevar una vida activa. Con planificación, información y el tratamiento adecuado, es posible seguir practicando deporte con seguridad y bienestar, incluso en las épocas más complicadas del año.
Cuidarse no es dejar de moverse, sino saber cómo hacerlo.
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