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Colo Colo

Quién es Jordhy Thompson, la perla del norte que pule Quinteros para los minutos juveniles en Colo Colo

Jordhy Thompson es, desde hace rato, uno de los juveniles de Colo Colo que más les llama la atención a los hinchas. Tiene todas las cualidades para hacerlo. En principio, su menuda estructura física ya es un elemento que genera interés y, en alguna medida, empatía. Sin embargo, lo que más sobresale es su técnica y su velocidad, que precisamente van de la mano de características que para los puristas resultan debilidades y hasta factores decisivos para postergar a los talentosos esmirriados.

El Niño Joya, como lo apodan en Macul, tiene, además, esa sana cuota de desparpajo que lo lleva a enfrentar a los rivales con la confianza de que podrá superarlos con una gambeta. Para entrar en el segundo lapos de una final y hacerse notar. O para ejecutar un lanzamiento penal en una definición como la del domingo frente a Magallanes con la confianza de un experimentado y convertirse en una de las excepciones en medio de la impericia alba desde los 12 pasos. Por todas esas razones, asoma como la principal opción de Gustavo Quinteros para llenar los minutos Sub 21 en la temporada que está por comenzar. Con un costo, eso sí: la imposibilidad de disputar el Sudamericano Sub 20 de Colombia, pese a que Patricio Ormzábal lo tenía considerado entre los elementos que pretendía convocar.

Un debut traumático

De Thompson y de sus cualidades, en Macul se hablaba desde hace mucho. No por nada, a los siete años ya estaba instalado en la Casa Alba, el refugio en el que Colo Colo acoge a sus figuras más promisorias. La estadía inicial, sin embargo, duró poco. Básicamente, se trataba de un primer acercamiento, pues faltaban cuatro años para iniciar un proceso formativo más formal. Sus datos quedaron apuntados, el seguimiento continuó y volvió tiempo después, ya para no salir más.

Nueve años después, cumplió su principal sueño: debutar en el profesionalismo. Lo hizo en un partido que para los albos terminó siendo traumático. El 1 de mayo de 2021, Colo Colo enfrentó a Ñublense en Chillán. Tuvo que hacerlo con un contingente de emergencia, pues presentaba 17 bajas producto de las restricciones para el control de la propagación del Covid-19 en el fútbol nacional. Thompson integró una oncena compuesta por escasos titulares, otro tantos suplentes y una mayoría de jugadores juveniles. Ingresó en los 68′, cuando los chillanejos ya se imponían por 3-1, en un duelo que terminó en una histórica derrota por 5-1. Aún así, dejó chispazos de sus condiciones.

En 2022 su participación no fue mucha. 11 minutos en dos partidos en el Campeonato Nacional y 18′ más en la Supercopa que los albos le ganaron a la UC en Concepción fue todo lo que sumó. Sin embargo, siguió preparándose para el día en que recibiera una real oportunidad de demostrar que estaba preparado para el desafío más importante de su vida.

Pelusón

La osadía de sus movimientos en el campo de juego no es casual. Más bien, obedece a la extrovertida personalidad que le ha permitido a Thompson ganarle el cariño de todo el club popular. En la Casa Alba no vacilan al describirlo. “Es un niño muy simpático, agradable”, explican antes de entrar en el detalle de su ascenso deportivo. “En su proceso siempre ha mostrado condiciones. Por eso siempre les llamó la atención a los técnicos. Es zurdo, juega arriba. Juega alegre, porque así siente el fútbol. Eso lo hace distinto de un estilo más táctico. Tiene gambeta y barrio”, sostienen en la intimidad del hogar de los nuevos talentos del Cacique.

En el club popular reparan en que si bien su estructura física lo separa un poco de los parámetros actuales del fútbol, tiene varios con los que marca diferencias. “La velocidad es factor fundamental para que un jugador se mantenga en el fútbol. Él la tiene en forma natural. Es un chico de Antofagasta, pichangas, bajadas y subidas de cerro, playa. Viene de una vida natural. Siempre muy deportista. La bicicleta, la pichanga, nadar son naturales en él”, explica un conocedor de su evolución.

Al otro Jordhy ha costado más encarrilarlo. Es lo que describen como un “pelusón”. Hiperkinético y distraído, había que estar encima suyo para que rindiera en el plano escolar. Tuvo problemas conductuales, pero nunca perdió el respeto frente a los adultos que lo rodeaban. A ellos los cautivaba con sus dotes artísticas: canta, baila e imita. Dicen quienes lo han visto que lo hace “bastante bien”.

Su pieza es, de hecho, un reflejo de su personalidad y cada cierto rato se ven zapatillas esparcidas por el espacio. Su clóset, sin embargo, luce siempre impecable. “Es una maravilla verlo”, apuntan en Macul. En estos días se decidirá si continuará en el lugar. Ya tiene contrato profesional, pero superó hace poco la mayoría de edad. Con lo que gana, ayuda a su familia en el norte. En el Cacique, no le pierden pisada. Hasta un sicólogo se preocupa de que su desarrollo sea óptimo. No por nada es la otra perla del norte.

Original de La Tercera

@EstudioEstadio

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