Universidad de Chile continúa en caída libre. El cuadro azul tropezó con Deportes Copiapó, por 3-1, y enlazó su octavo encuentro sin conocer de triunfos. Mauricio Pellegrino no encuentra la solución para sus problemas y su etapa en el banco azul se desmorona cada vez más.
La visita a la carpeta sintética del Luis Hermosilla era clave para la U y para el estratega argentino. Ya eran siete duelos sin conocer la victoria (dos empates y cinco derrotas, cuatro de ellas en línea), por lo que era imperante ganar. El técnico sabía de la dificultad que habría en el recinto copiapino. “Son condiciones que pueden alterar el juego: el estado del campo. Cuando tienes un partido de visita te tienes que adaptar a las circunstancias (…) Pero no creo que sea un factor determinante, sí importante”, señaló el estratega en la previa, refiriéndose al campo de Copiapó.
Los azules salieron a presionar alto y en búsqueda del gol. El conjunto universitario estaba necesitado de ganar, pues solo sumaba una victoria en la primera rueda, consolidándose como el peor equipo en la segunda mitad del certamen.
Sin embargo, el primer golpe lo dio Copiapó tras un contragolpe. Yerko Oyanedel recibió cargado a la banda izquierda. Con tiempo y espacio, el zurdo sacó un preciso centro para Maximiliano Quinteros. El argentino arremetió por el centro ante las miradas de los jugadores azules. Nadie lo marcó y apareció totalmente solo, lo que le permitió sacar un ajustado remate de cabeza para romper la paridad y marcar la apertura de la cuenta. En la zaga azul se echaban culpa por la soledad del atacante. La solidez defensiva que en algún momento tuvo la U, ya no existe.
La prematura anotación rompió con cualquier plan que haya podido tener Pellegrino. El partido se puso cuesta arriba para el Chuncho Y es que a los azules les cuesta reaccionar y remar de atrás. De hecho, en este torneo solo han logrado triunfar tras empezar perdiendo en una sola oportunidad. Específicamente, contra Audax Italiano. La portentosa actuación del meta Nelson Espinoza tampoco ayudaría a esto.
No salió nada
En el 18′ ocurrió una jugada peculiar. Una pared entre Nicolás Guerra y Leandro Fernández dejó en posición de adelanto a este último, que inteligentemente se desentendió y no participó de la acción. La zaga de Copiapó dejó de correr y apareció por la banda derecha Mateos. Era un contragolpe de tres contra uno.
El argentino recibió y Nelson Espinoza tuvo una gran reacción para contener un potente remate. El rebote le cayó a Renato Huerta. El meta, que ya había tenido una increíble atajada, sorprendió atajando el tiro del joven atacante. Una acción brillante del canterano azul que sacó numerosos aplausos y gritos, tanto desde la banca encabezada por Ivo Basay como del público local. En el lado azul, en contraste, no lo podían creer. La gran intervención lo hizo sacar chapa de figura instantáneamente, aunque con el pasar de los minutos fue agigantando su imagen.
Después vino el papelón en defensa. En un tiro de esquina servido por Jorge Luna, hubo una grosera falla entre Toselli y Guerra. Un error de comunicación que trajo consecuencias, pues no se entendieron y ambos fueron en busca del balón. El portero llegó primero e hizo rebotar la pelota en el atacante, que terminó marcándose en propia puerta. Intentó sacarla en la línea, pero sus esfuerzos no fueron suficientes y Fernando Vejar señaló la anotación.
La U continuó insistiendo y Espinoza respondió de gran manera. Hubo destellos, sobre todo gracias a un encendido Huerta. La defensa, en tanto, también lo pasaba mal gracias a las transiciones rápidas de la ofensiva del León de Atacama. No fue hasta el cierre del primer tiempo que llegaría el descuento. Morales realizó un gran desborde y sacó un centro raso al segundo palo. Ahí apareció Fernández, que marcó con el arco a su disposición. Al parecer fue la única forma de batir a Espinoza.
Golpe de gracia
El complemento tuvo un inicio más lento. Ambos equipos bajaron la intensidad en contraste al frenético cierre de la primera mitad. No hubo mayores acciones y la U estaba lejos de su mejor nivel, por lo que Pellegrino decidió mover la pizarra y le dio media hora a Lucas Assadi. El talentoso volante reemplazó a Domínguez en una evidente sustitución con tintes ofensivos.
El Chuncho no encontró claridad. Se adueñaron de la posesión, pero no tuvieron la profundidad esperada ni mucho menos lograron penetrar la fortaleza que plantó el cuadro local, que se dedicó a complicar mediante contragolpes.
A falta de 11′ vino otra anotación de Copiapó. Manuel López pateó un penal que Reynero se fabricó tras un ligero toque de Guerra, que terminó siendo el villano de la jornada. Si existía un ápice de convencimiento, el gol sepultó cualquier ánimo de remontada.
La U no levanta cabeza. Esta derrota significó su octavo encuentro consecutivo sin ganar. No se impone desde la fecha 16, un 2-1 a Huachipato que cada vez se ve más lejano. Por otro lado, se estancan cada vez más y se acercan a la zona baja de la tabla. La era de Pellegrino tiene cada vez menos sustento.
Fuente: La Tercera
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